Tuesday, August 24, 2010

Preguntas sin respuesta/MIRANDO DE ARRIBA


El triunfo del voto en favor de la autonomía en Tarija es otro golpe para el gobierno de Evo Morales. Absurdamente, éste alega otra vez que el porcentaje de ausentismo, sumado a los votos por el NO, hacen un número considerable para él. ¿Por qué cree Morales que la abstención lo favorece? Esos votos son de desdén por uno y otro lado. No hay lógica alguna que los ubique del lado del gobierno. ¿O no tiene idea de lo que significa abstenerse? Debiera -y sus opositores- de preocuparse por esa masa desconocida que no fue a las urnas, hastiada, sin duda, por el carnaval en que se ha convertido el país. Hastiada de ver cómo los "revolucionarios" de palacio juegan con cartas que no les pertenecen, a decir: dinero venezolano, ambulancias españolas, etc, limosnas a las que Bolivia se acostumbró y que hoy se han convertido en modus vivendi. Vergüenza de ser mendigos, pedigüeños, de obviar la más elemental dignidad. ¿De qué puede preciarse el gobierno? ¿Dónde están los líderes populares? ¿O acaso Evo Morales es Buenaventura Durruti? No verían a Durruti menearse con trajes de modista, vestidos mentirosos además porque quieren simular indigenismo. ¿O García Linera es Néstor Makhno, con su blanca piel encremada y tan cuidada presencia de pedicuro?
No hay que desdeñar, sin embargo, los asomos de movimiento popular, la inquietud de los grupos campesinos por evitar el reencuentro de la derecha. Para ellos, Evo Morales es un símbolo, porque carecen de otro. Volvemos a lo mismo, la total ausencia de auténticos líderes, que cuando caiga el afiche cabaretero del sonriente Morales, puedan plantearse conquistas sociales de real importancia y que tanto necesita Bolivia. Hablo de líderes populares, no de niños bien que desde su estrado intelectual desean -lo necesitan- inmiscuirse en el drama nacional para a la primera salir corriendo y bien forrados. Se habla de lucha contra la corrupción mientras el vulgo desenmascara, a escondidas todavía, el notable enriquecimiento de quienes viven del poder.
¿Qué se hizo de la redistribución de tierras? ¿Dónde están los miles de hectáreas que habría que quitar a los militares que lucraron con dictadura y democracia por igual? ¿Dónde la eterna contradicción entre pueblo y ejército, entre pueblo y policía? Quizá estos ejemplos mestizos del estalinismo recalcitrante sueñan con la fecundación de gulags propios donde poner a autonomistas, disidentes, lectores y pensadores, aquellos a quienes no tocó la mesiánica luz que cayó sobre Evo desde los cielos en Tiwanaco, o que son tan ciegos que no quieren asumir la consagración de este semidios natural y decorado.
23/6/08

Publicado en Opinión (Cochabamba), 6/2008

Imagen: Graciela Iturbide/Carnaval, Tlaxcala, México, 1974

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