Thursday, July 29, 2010
Pujante Santa Cruz/MIRANDO DE ARRIBA
Muchas veces tuve un desdeñoso apronte a lo cruceño y a la ciudad de Santa Cruz en particular, por razones que calificaría de primario prejuicio. Con los años esa visión se fue relajando y la última visita a la capital oriental despejó mis dudas de que nos hallamos ante un organismo pujante y fuerte. Toda ciudad, para conocerla, no se encuentra en los elegantes locales del centro sino en la periferia, donde la industria y el comercio pululan. Y allí Santa Cruz me recordó las ciudades argentinas cuando aún ese país emulaba a un poderoso y nunca durmiente trabajador. En términos relativos, claro, para no olvidar lo que la opulencia esconde y que, en el caso argentino, llevó a la guerrilla guevarista de Santucho a iniciar foco en Tucumán.
Hoy Santa Cruz es objeto de intenso debate. La autonomía en sus variadas imágenes, la de los cívicos cruceños por un lado y los indígenas guaraníes por el otro, ha despertado el celo de un gobierno que intenta lucrar a la vez que sobrevivir. Evo Morales dice sandeces que nada tienen que ver con autonomías ni con nada. Le gusta hablar... García Linera, de terno y con perfectamente planchada peluca, intenta jugar al buen burgués y al mejor revolucionario al mismo tiempo. El valet ¿ujier? Alejandro Almaraz demuestra en cámaras su sapiencia en el arte de mascar coca, habilidad que habrá adquirido hace poco y que disgustará su origen, y luego de charlas y más charlas no se procede con el saneamiento de tierras. Quizá a nadie que gobierne le convenga eso, porque tiempo ha de llegar en que se tenga que, bajo lista, comenzar a quitar propiedades rurales de los militares, robadas y mal adquiridas, y dudo que los masistas consientan en ello ya que el ejército es el chico de los mandados, un sirviente solícito y abyecto... como siempre fue.
Digresiones aparte, y obviando los incentivos que diera Bánzer a la agroindustria cruceña, nos hallamos ante una ciudad y un departamento vital para la existencia nacional. Huelga decir que las diferencias visuales son tanto o más alumbradoras que las estadísticas. Ante Santa Cruz, Cochabamba es un mercado de extenso contrabando, pillaje, piratería y maquila, mientras que La Paz va quedándose rezagada en memoria; en ese departamento quien brilla es aquel otro fenómeno boliviano: El Alto.
En este tiempo de dudas hay que evaluar las ventajas y las condiciones que conforman un país. Que Evo deje de sonar los cornetines de una revolución que no existe, que ya bastantes son dos años de irresponsabilidad.
14/4/08
Publicado en Opinión (Cochabamba), abril 2008
Imagen: Trajes típicos de Santa Cruz/de Alcides D'Orbigny
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