Monday, October 11, 2010

Acto inaugural/MIRANDO DE ARRIBA


El Denver Post del domingo 18 traía en la portada las fotos de Lincoln, Obama y Martin Luther King, en ese orden. La idea es que casi después de 150 años se puede hablar de haber concretado un sueño democrático. El "I have a dream..." de Luther King es aún joven en la historia y se ha hecho realidad. Mañana, martes 19 de enero del año 2009, unos millones de personas se congregarán en el Mall de Washington DC para la posesión del primer presidente negro de los Estados Unidos de América.
El mundo se prepara para verlo. Me dicen que en Budapest hay algarabía en la multitud. Lo mismo en Buenos Aires y Lima. Asumo que sucede en todas partes. Para Kenya será un momento trascendental, siendo Obama nieto de esa tierra.
Pesa una sombra: el temor de que el presidente sufra un atentado. Los fantasmas de los dos Kennedy y del gran luchador de color por los derechos civiles no se han olvidado. Habrá muchos a quienes este frenesí espante. La derecha no duerme ni racionaliza y un intento de silenciar una voz nueva no puede ser descartado como absurdo. Instante de zozobra que se hará permanente por todo el mandato presidencial. Riesgos que se debe asumir en aras de la transformación de una sociedad dinámica y autocrítica como es la norteamericana.
Obama recibe un legado desastroso. George W. Bush casi destruyó la nación, asesorado por terroristas que responden a los nombres de Cheney, Rumsfeld, Wolfowitz, artífices de la elaboración de un sistema de mentiras y engaños cuyas columnas de ambición económica y fundamentalismo religioso desestructuraron no sólo el país sino el mundo, con tristes consecuencias.
Tendrá que lidiar con las ruinas todavía humeantes de Babilonia, con el eterno riesgo que Pakistán con su poder nuclear implica, con la resurgencia de la guerra en Afganistán, con el drama judío-palestino, con la plataforma obsoleta y rival que se va formando a sus espaldas en América Latina. No será fácil.
Pero tiene proyectos. Los hay que incluso antes de su jura ya han ido tomando forma. Algunos son muy ambiciosos: cuatro millones de empleos a crearse, por ejemplo, cuando día a día los despidos se suman y las quiebras se acumulan. No será fácil, parece ser el estribillo. Pero también, quizá y ojalá, se establezca otro estribillo extraído de un funesto poema de Poe: Nevermore. Nunca más. Como Sábato cuando hablaba, algo ilusoriamente ¿ilusamente?, del fin de las dictaduras militares. Nunca más Bush... nunca más Guantánamo. Nunca más...
19/1/09

Publicado en Opinión (Cochabamba), enero 2009

Imagen: Biff Elrod/Main Street Memphis April 1968, 1991

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