Monday, October 25, 2010

Conflictos de intereses/MIRANDO DE ARRIBA


Apreciaciones sobre radicalismo serio o mentira.
En cuanto al idioma mucho se habla, pero aún no escuché ni a Morales ni a García Linera discursear en quechua o aymara. Parece que Barrientos era mejor populista que ellos y que, a pesar de ser de la derecha, manejaba las masas campesinas también mejor. Extraño que ambos lados del péndulo puedan agitar el mismo sector con la misma vehemencia. Eso habla de "inmadurez" de las masas, del peligro de las masas, de su insatisfacción, de su volubilidad, de posibles virajes inusitados si sus intereses se ven afectados o seducidos. ¿Quién puede asegurarse esa abstracción que es el "pueblo"? Nadie. Por eso, en el nuevo gabinete, ese "pueblo" está excluido, porque aunque parezca un pro inamovible poco costaría convertirlo en contra. El gobierno apuesta a lo que apostaron los bolcheviques y tantos otros, y asegura de igual manera su fracaso. Se basa y se insume en la élite, así ésta sea una mixtura de ignorancias y escaso dogma político. Sabe que no puede confiar en la muchedumbre que arrastra ahora, porque sabe también que su interés no pasa por el beneficio de esos grupos, llámense "movimientos sociales" o lo que fuere; su interés se centra en las cúpulas, aquellas que a través de la manipulación, la coacción, el enredo, la coima, imaginan poder gobernar la marea humana. No difieren estos individuos de cualquier otro arribista con ansias de riqueza y poder. Mas la historia es implacable. Toma tiempo pero golpea.
Un punto fundamental del asunto étnico está en la protección de las minorías. Que no se crea que haciendo de lado al mestizo o al blanco se soluciona el problema. Llegará el momento en que los grupos étnicos, como en Bosnia, demanden más y más. Y en esta repartija de lo que haya, los menos recibirán menos o no recibirán nada. ¿Qué protegería a los nómades yuquis si quechuas y aymaras trasladados al trópico deciden expandir sus cultivos de coca en su territorio de caza o migración? La Nueva Constitución, o las leyes que de ella emanen, debieran prohibir, bajo sanciones terribles, que eso suceda. No puede plantarse otro cocal en territorio indígena. Más sagrado que la coca es el hombre y, en el caso de grupos aislados y expuestos como los yuquis, mucho más. Tendrá que delimitar Morales, ya que hay 36 etnias diferentes -o distintas-, los derechos de cada una, y no podrá otra etnia, so pena de incumplir la nueva ley, entrometerse en la existencia de las demás.
Hay que sacar la coca de las regiones que pertenecen a los ya mermados grupos selváticos. Devolverles su habitat tan completo como se pueda, fundar reservaciones, y relocalizar a los que ilegalmente invaden y destruyen la vida y la cosmovisión de quienes no pueden defenderse.
9/2/09

Publicado en Opinión (Cochabamba), febrero 2009

Imagen: Franz Keller/ Machetero, 1874

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