Monday, October 18, 2010

Cuba: cincuenta años/MIRANDO DE ARRIBA


Lo que devino de la revolución cubana no le quita su validez histórica.  El hecho de que terminara en un gobierno unipersonal tiene que ver con su asociación -casi obligatoria- con la Unión Soviética, la que, a pesar de quitarse nominalmente su herencia estaliniana, la mantuvo en la práctica con los anquilosaurios del partido sucediéndose en el desastroso manejo de una economía condenada a perecer.
C. Wright Mills, sociólogo norteamericano, defendía en su sensato "Escucha, yanqui" (1960) la revolución cubana y preveía las consecuencias que traería para los Estados Unidos la intransigencia que comenzó a mostrar hacia ella. En la obra se entiende que fueron los Estados Unidos los que empujaron a la joven Cuba revolucionaria a manos de la Unión Soviética e incluso del socialismo.  Mucho tiempo ha pasado desde que se escribió aquel libro notable e inmediato.  Eric R. Wolf en su obra "Peasant Wars of the Twentieth Century" alega -no asegura- que en términos económicos si Cuba aspiraba a ser un centro independiente de poder no le quedaba más que romper con los Estados Unidos que era, desde 1898, "el" centro de poder, económico y político;  ello no desdice, sin embargo, a Wright Mills.
Ni Castro ni los doce del Granma, todos ellos según Che de origen ajeno a trabajadores o campesinos, iniciaron la insurrección con miras al socialismo.  Retornando a Guevara:  cuando la guerrilla comienza a reclutar campesinos, estos provienen de pequeños propietarios cuya aspiración era la tenencia de la tierra y su explotación.  No venían, por la situación geográfica, del alto número de proletarios rurales que existía en el resto del país.  Fue, de igual modo, la pasividad de algunos terratenientes, la simpatía de una clase media pudiente, más diversos factores y sectores de la sociedad cubana los que colaboraron en el triunfo revolucionario. El Partido Comunista, luego gran beneficiario del hecho, no acceptó a los insurrectos hasta mediados de 1958, año y medio después del desembarco en Oriente.  Al contrario, desde el inicio se opuso a la práctica utilizada tildándolos de "blanquistas", en oposición a la teoría leninista que, según el tiempo ha demostrado, también podría acusarse de forma similar por el "golpe de estado" (Solzhenitsin) de octubre del 17.  Los comunistas participaron con dos ministerios en el primer gobierno de Fulgencio Batista.
La Revolución Cubana es hito fundamental en la lucha de los pueblos.  Su terminación en una suerte de delfinato es triste.  John Stuart Mill diría que la posición autoritaria no es la más fuerte sino la más temerosa.  El miedo de Estados Unidos transformó a la Cuba revolucionaria.  El miedo de ésta la calcificó.
4/1/09

Publicado en Opinión (Cochabamba), enero 2009

Imagen: Preparando un cartel conmemorativo en La Habana

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