Thursday, October 7, 2010

Arenas movedizas/MIRANDO DE ARRIBA


El zorro se ha callado y ahora hablan los zorrillos. Hugo Chávez ejercita el poder de la abstención y ordena a sus émulos Morales y Correa graznar ¿Graznan los zorros?

El asunto es que Chávez no había sido una isla como creyó; su imagen mussoliniana no aguantó el embate económico. Il Duce también supuso encaramarse sobre el mundo y terminó mirándolo colgado de los pies, como torcaza, como cordero para plato popular. Pobre ¿dónde quedaron sus águilas romanas? ¿Dónde quedará el bolivarianismo de Chávez que como idea hubiera sido válida si no le ponía lírica de opereta de segunda?

Su silencio no es extraño. Ante los Estados Unidos se cierne un fantasma de recesión; la deflación amenaza con hacer sucumbir las empresas, negocios a la vez que trabajos. El precio del petróleo baja, se reduce la demanda y Chávez contempla aterrado que los cimientos de su imperio mal planificado se resquebrajan. Alega que cuenta con 40 billones de dólares en reserva del tesoro. Rusia, con 600 billones, de los que ya gastó más de 120 en el último tiempo, se enfurruña y tiembla. No hay dinero que aguante una arremetida frontal como la que parece venir.

Lo triste para nosotros bolivianos es que todo el paradigma "eviano" se construyó sobre ilusiones, sobre las limosnas venezolanas que cubrieron la angurria de poblaciones y de individuos. No se puede hacer revolución de dádivas en mano extendida. Cae Chávez y Evo Morales desaparece más rápido que los dioses andinos ante España, aunque se diga y se demuestre la perseverancia de una cultura ante la historia. Los restos tal vez, porque ahora las reglas y las obligaciones, penalidades y premios, son de carácter universal. Ya no hay islas.

Escucho a los amedrentados: "Evo gobernará treinta años". En primer lugar, NADIE debe gobernar treinta años. Ni Cristo redivivo. Ni Evo, ni Eva ni Adán, menos García Linera o la Cicciolina. Esta ha sido una gran farsa, con tambores y fanfarria, con arco iris y Pachacutis y Jacha Urus. ¿Dónde están las tierras expropiadas a los latifundistas y redistribuidas para hacerlas producir? ¿O cree el viceministro Almaraz que con sus coches nuevos ya logró lo que una "revolución" puede dar? Ni siquiera se ha creado, con tal lacra de rateros, difamadores y mitómanos, una burguesía rica que pudiera, de algún extraño modo, servir a los intereses del país. Huirán como conejos cuando suenen las trompetas del Juicio Final... con los bolsillos llenos. ¿Y el bastón de mando?... abandonado como la usual tragedia india, quechua-aymara, guaraní, como los indios de México a quienes se arrebató su -esa sí- Revolución.
3/11/08

Publicado en Opinión (Cochabamba), noviembre 2008

Imagen: Fotografía de Christopher Anderson: Caracas, Venezuela, 2007

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